Chino santandereano. Fotos cortesía Fedegán |
Las ocho razas de ganado colombiano resistentes a enfermedades y que proveen la mejor leche y carne del país, se han reducido en un 80%. Investigadores y especialistas del sector coinciden en que el Gobierno debe rescatar la especie criolla creando bancos de germoplasma y desarrollando planes de conservación y mejoramiento animal.
Según la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), en Colombia la ganadería contribuye al 1,6% del PIB nacional, al 20% del PIB agropecuario y equivale a 3,3 veces el sector cafetero, generando cerca de 950 mil empleos directos en el país.
Este macrosector de la economía, que durante el 2009 produjo 6 mil 400 millones de litros de leche y exportó más de 600 mil dólares en carne y animales vivos, tiene registrados 23 millones 500 mil cabezas, de las cuales solo 30 mil hacen parte de las ocho razas de ganado criollo colombiano (GCC).
Caqueteño |
Casanareño |
Según la Asociación de Razas Criollas Colombianas (Asocriollo), antes de 1840 el 100% del ganado colombiano era nativo y se estima que había más de 8 millones de animales. Hoy en día quedan menos de 24 mil en todo el territorio nacional, es decir, más del 80% ha desaparecido con la introducción de especies foráneas.
“La disminución se observa con particularidad en razas como el chino santandereano y el san martinero; sin embargo, a través de programas con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estamos trabajando en la recuperación de estas especies, de gran importancia para la ganadería colombiana”, asegura José Velásquez, director ejecutivo de Asocriollo.
Hartón del Valle |
Costeño con cuernos |
Un primer estudio, realizado por Darwin Hernández, de la Maestría en Ciencias Agrarias, reveló que las razas criollas colombianas son más resistentes al virus de la leucosis bovina, enfermedad producida por un retrovirus cuya presencia es mayor en bovinos de leche que de carne, y puede matarlos.
“El porcentaje de presencia del virus que encontramos fue del 26,7% en todas las especies, 50% en las razas sintéticas colombianas y 45% en los controles Holstein y Brahman. Así se demostró que todas las razas de ganado criollo tienen una alta o mediana frecuencia de, al menos, uno de los alelos (formas alternativas de un gen que determina las características en los mamíferos) relacionados con resistencia a la presencia del virus”, afirma Hernández.
Una segunda investigación adelantada por otro estudiante de la maestría, Jaime Rosero, evaluó la diversidad y la frecuencia de alelos en tres genes implicados en la calidad de la leche del GCC.
Para ello estudió, en las ocho razas criollas, el gen de la K–caseína y dos genes de las proteínas del suero (β-lactoglobulina y α–lactoalbumina), cuya presencia contribuye a mejorar los rendimientos y las cualidades de la leche en la fabricación de quesos y otros productos de la industria láctea.
“Al analizar la predominancia del alelo B del gen de la K–caseína, se halló que su frecuencia en este ganado es del 0,41, muy superior a las razas comerciales Holstein y Brahma, que es de 0,2”, señala Rosero.
Un tercer estudio demostró que el GCC presenta alta diversidad genética entre razas, lo cual es importante para realizar investigación en el área de conservación y mejoramiento de las especies.
Luz Ángela Álvarez, coordinadora del grupo de investigación, explica: “Para la evaluación se tomaron 221 muestras de ADN que fueron analizadas con 27 sistemas microsatélites en las ocho razas bovinas criollas, encontrándose una alta diversidad genética expresada en el número de alelos”.
Para la zootecnista, doctora en Ciencias Agrarias, los tres estudios demuestran que “el GCC es más resistente a enfermedades, tiene una excelente calidad de leche y una alta diversidad genética que lo hace superior al comercial utilizado por la ganadería colombiana. De ahí la importancia de preservarlo y mejorarlo”.
Romosinuano |
Sanmartinero |
El consultor de la FAO, Germán Martínez Correal, asegura que “Colombia es uno de los países con mayor diversidad de recursos genéticos animales naturalizados (RGA) y cuenta con leyes para asegurar su protección”.
A pesar de dichas reglamentaciones, agrega el especialista, “el país no ha aumentado significativamente los esfuerzos de conservación, uso y desarrollo de los RGA, y los programas que existen actualmente no han contado con suficientes recursos para abarcar nuevas razas en inminente peligro o abordar el cuidado de nuevas especies”.
El profesor Carlos Vicente Durán, director del grupo de investigación de Conservación y Mejoramiento del Ganado Criollo Hartón del Valle de la UN en Palmira, concluye: “Se debe propiciar la formación, articulación y fortalecimiento de grupos multidisciplinarios de investigación que, en alianza con el sector productivo, desarrollen actividades a corto y largo plazo para la conservación, mejoramiento y utilización de los recursos genéticos bovinos criollos en sistemas de producción sustentables”.
Velásquez |
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